miércoles, 1 de septiembre de 2010

SIRIO Y LOS DOGONES. VERDAD O MENTIRA. El Misterio (II)



Lo primero que debemos hacer a la hora de abordar este enigma es definir propiamente el misterio tal y como se ha difundido, para luego en los sucesivos capítulos ir desmembrándolo y analizándolo más detalladamente.
En 1970, la estrella Sirio B situada a 8,6 años luz de la tierra e invisible al ojo humano fue fotografiada por primera vez por el astrónomo Irving Lindebland. Los astrónomos conocían su existencia desde que Friedrich Bessel, en 1844, analizó con precisión las variaciones en el movimieto propio de Sirio, y dedujo la presencia de una compañera. Ésta, un objeto muy débil (cuya naturaleza de enana blanca se entendió después), fue observada casualmente en 1862 por el famoso constructor de objetivos astronómicos, Alvan Graham Clark, cuando estaba enfocando sobre Sirio el telescopio que acababa de terminar para el Observatorio Naval de Washington, siendo un descubrimiento revolucionario, salvo en teoría, para el pueblo Dogón, que ya conocía según su tradición la existencia de Sirio B. Los dogones son una etnia africana que hace un milenio llego a las veredas del río Niger. Hoy se sitúa a unos 400 km de Tumbuctú, en Mali. Casi nada se sabía de los dogones en Europa hasta principio de la década de los 30, cuando un antropólogo francés, Marcel Griaule, convive con ellos, y estudia las tradiciones de la etnia. Escuchó de los más ancianos dogones las tradiciones más enraizadas, y quedó gratamente sorprendido. Los dogones parecían poseer conocimientos astronómicos espectaculares, supuestamente revelados por una serie de dioses instructores, que giran en torno a Sirio, estrella de primera magnitud situada en la constelación del Can Mayor, a la que conocen como "Sigu tolo", la "estrella del Sigui" ("tolo" significa "estrella"). Aún más, la brillantísima Sirio es menos importante en la cosmogonía Dogon que su invisible acompañante, Sirio B. Los Dogon conocen a Sirio B como "Po tolo", que se traduciría como "estrella Digitaria"; "po" es el grano de la Digitaria exilis, gramínea conocida popularmente como fonio o acha. El grano de la Digitaria exilis es el más pequeño que conocen los Dogon, y, por extensión, la más pequeña de las cosas.
De acuerdo al mito Dogon, esta "estrella Digitaria" o Po tolo tarda 50 años en recorrer su órbita alrededor de Sigu tolo. El cálculo de los astrónomos es, sorprendentemente, de 50,04 años; el error de la estimación de los Dogon respecto a los datos logrados con los más refinados recursos tecnológicos es inferior al 0,08 %. El mito también proporciona otros detalles inquietantes acerca de Po tolo: la describe como blanca y compuesta de "sagala", un metal muy denso y extremadamente pesado, el más pesado del universo. Ésta es una descripción singularmente adecuada para una enana blanca. Además, afirman que Po tolo rota sobre su eje en un periodo de un año, lo que probablemente es una apreciación correcta. Según los Dogon, Sirio B o Po tolo es la primera estrella creada por Amma y el eje del Universo. Consideran que el Sol y Sirio son dos estrellas gemelas, con un origen común.
Los Dogon conocen también otra estrella a la que denominan "Emme Ya" ("Sorgo hembra"), mucho mayor que Digitaria, pero cuatro veces más liviana, que recorrería su órbita alrededor de Sigu tolo (Sirio A) también en cincuenta años, pero a una distancia mayor. Alrededor de Emme Ya. La astronomía moderna no descubrió que Sirio es un sistema triple hasta 1995.

Griaule publicó por primera vez estos datos en Dieu d'eau ('Dios del Agua ", 1948), en el que graba sus conversaciones con un cazador ciego, Ogotemmêli, que afirmaba tener un vasto conocimiento de la tradición dogon, mucha de la cual se limitó a determinados ancianos de la tribu. Griaule y Dieterlen eran capaces de sintetizar la cosmogonía de las declaraciones de Ogotemmêli. Los Dogon representan el sistema de Sirio en una figura que denominan "el huevo del mundo". Todo esto quedaría recogido también en la publicación que Marcel Griaule y Dieterlen Germaine realizan en 1950, titulado “Un Systema Sudanais de Sirius”.
Pero en 1970 Cenevieve Calame-Griaule publicó en un libro que tituló Génesis Negro, algunas de las notas que su padre Marcel no se atrevió a dar a la luz. En ellas se describía como los dogones creían en un dios hacedor del Universo al que llaman Amma, que mandó a nuestro planeta a un dios menor, al que conocen como Nommo, para que sembrara la vida aquí. Nommo descendió a la Tierra y trajo semillas de plantas - describe una de las tradiciones recogidas por Griaule de boca de un dogon llamado Ogotemmeli -, que habían ya crecido en campos celestes... Después de crear la Tierra, las plantas y los animales, Nommo creó a la primera pareja de humanos, de los que más tarde surgirían ocho ancestros humanos, que vivieron hasta edades increíbles. De Nommo, los dogones dicen también que era una criatura anfibia - probablemente muy parecida al dios babilónico Oannes -, y que regresó al cielo en un arca roja como el fuego después de cumplir con su tarea
El tema sería retomado en 1976 por Robert Temple, norteamericano miembro de la Royal Astronomical Society británica y afincado en Londres, que publica su libro “El Misterio de Sirio” convirtiéndose en un auténtico Best Seller. Se presenta la hipótesis de que el pueblo Dogon de Malí, África occidental, tuvo estos conocimientos por el contactocon seres extraterrestres procedentes de Sirio. y aventuró que Nommo fue un extraterrestre que dejó en la Tierra, hace entre siete y diez mil años, toda clase de pistas sobre su origen estelar. "Cualquier otra interpretación de las citadas pruebas no tendría sentido, concluyó Temple. Aquí realmente nacería el interés por el misterio y cuando realmente alcanza cierta magnitud, empezando a ser investigado y criticado por numerosos especialistas, que irán elaborando teorías a favor o en contra del enigma. El informe sobre la posible existencia de Sirio C en 1995 llevaría otra vez el tema a las primeras páginas de las revistas de misterio. Nosotros en los siguientes capítulos trataremos de dar un poco de luz sobre tal enigma.

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